lunes, 24 de noviembre de 2025

El 99,9% de los especuladores no consigue batir al mercado y es por esto:

La vida del especulador –o inversor– es dura. Si llevas tiempo aquí, ya sabes de qué hablo. Al principio es una montaña rusa que, normalmente, termina en el mismo punto donde empezó.

Por eso siempre digo lo mismo: si tu idea es dedicarte a esto profesionalmente, no lo hagas sin haber vivido al menos 20 años de mercado real. No menos.

He pasado por todos los estados posibles. Ojalá existiera una píldora con todo lo que sé ahora y pudiera dársela a mis dos hijos. Estoy convencido de que con 40 años tendrían la vida resuelta. Pero sé que cometerán los mismos errores que yo.

Porque, en realidad, en este juego gana quien aguanta más sin tocar la cartera y acumula acciones como quien compra obras de arte.

Esto –sí, este puto juego– exige una fortaleza mental enorme. Hay que mantenerse impasible cuando una acción hace un por diez y decides no vender… y también cuando se hunde y te mueres de ganas por largarla. En mi caso, lo segundo siempre ha sido más difícil.

Necesitas herramientas para soportarlo. Si no, puedes acabar muy mal psicológicamente.

Todos los grandes inversores han vivido drawdowns terribles. Buffett ha visto su cartera caer más de un 30% desde máximos tres veces. Y cuando le preguntaron cómo lo soportaba, respondió: “es parte del juego”.

La vida del especulador es muy dura, sobre todo al principio. Por eso el 99,9% lo abandona: no pueden soportar los momentos malos. Pero, con los años, entiendes que es necesario: para que exista el día, debe existir la noche. Y a nadie se le ocurre subirse a un cohete para perseguir el día eternamente.




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