A ver, la situación es esta: Bitcoin se mueve entre noventa y cinco y cien mil dólares y hay una tranquilidad generalizada. La gente comenta que hay que "comprar en la corrección", que la causa es la macroeconomía, y que "todo está bajo control". Pero si la gente está tan relajada, significa que el impacto real aún no se ha sentido. Y si el dolor no ha llegado, el mercado tiene que descender mucho más para obligar a vender a quienes verdaderamente necesitan salir.
Esta calma es la trampa más peligrosa. ¿Por qué?
Porque el argumento de la Inteligencia Artificial ya agotó su efecto. Muchos inversores entraron en el mercado de criptomonedas con la idea de que irían de la mano con la IA. No obstante, la Bolsa, que es donde se mueve el gran capital, ya no está subiendo impulsada por la IA. Las acciones de las grandes tecnológicas se han frenado. Si los inversores importantes de Wall Street muestran cautela con la tecnología de alto nivel, ¿qué harán con las criptomonedas, que son más volátiles? Las liquidarán. El argumento de la IA terminó, y la realidad es que el capital se está volviendo temeroso.
Y presten atención a la Bolsa, porque de ahí vendrá el golpe definitivo. Los fondos institucionales que compraron los ETFs de Bitcoin están ahí para obtener ganancias, no para tolerar pérdidas. Si el S&P 500, el índice de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, experimenta un descenso significativo, esos gestores necesitarán liquidez de manera urgente para compensar las pérdidas en sus carteras principales. ¿Y qué venderán primero? Lo más reciente y más fácil de soltar: los ETFs de Bitcoin. Cuando Wall Street active el pánico y comience a vender sus ETFs para intentar salvar al S&P 500, el precio caerá de forma abrupta, y ese miedo sí será el verdadero, el que genera un impacto emocional profundo.
El mercado no ha tocado fondo hasta que usted y todos los que aconsejan mantener, vendan hasta el último céntimo, asustados y jurando no volver a invertir en este sector. Si ahora mismo se encuentra comprando, es señal de que el precio aún no está lo suficientemente bajo. Esta es la calma que precede a la gran inestabilidad.
Y, por cierto, el S&P 500 podría emitir mañana una señal de venta importante en mi sistema. Esta es una estadística personal que utilizo regularmente para buscar protección en mi cartera, a menudo mediante opciones Put. Si bien esta señal resulta ser una falsa alarma el 60% de las veces, su fiabilidad me ha brindado una cobertura crucial en varias correcciones profundas del mercado.
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