Un día escuché una entrevista a Martirio. Le preguntaron cuál creía que había sido la clave de su éxito y ella respondió: “Siempre he elegido un camino sin pisadas.”
Esa frase me voló la cabeza. Me la llevé a mi sistema de inversión y pensé: “Aquí está la clave.”
Con el tiempo entendí que hay que matizarla.
A veces me pregunto: si Warren Buffett o Peter Lynch empezaran hoy desde cero, ¿volverían a conseguir las mismas rentabilidades? Estoy convencido de que sí. Incluso más rápido. Saben qué errores evitar y eso les daría una ventaja brutal. A mí me pasa igual: caminar mucho te afina el instinto.
La frase de Martirio conecta con lo que yo llamo el Efecto Mourinho, del que ya he hablado en este blog: no se llega lejos siguiendo la misma ruta que el resto. Hay que pensar distinto, buscar donde otros no miran y, sobre todo, tener paciencia. Mucha paciencia. Un camino sin pisadas nunca te dice qué te espera.
Pero cuando recorres cientos de caminos, aprendes algo importante: el premio aparece cuando menos lo esperas. En otros te tocará sentarte y esperar a que te rescaten. Y alguno incluso te puede “matar”.
La clave es no cambiar de estrategia. Ahí está todo.
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