Voy a ser claro porque no tengo ganas de dorarte la píldora hoy: si sigues perdiendo dinero, la culpa es tuya.
No es el algoritmo, no son las "ballenas", ni es que el mercado esté manipulado (que lo está, pero eso no es excusa). El problema es que tu cerebro biológico es un desastre para hacer trading.
Llevo tiempo observando un patrón que se repite constantemente y que me revienta ver. Es esa sensación física, casi dolorosa, que tienes cuando ves una vela verde dispararse hacia el cielo... y tú estás fuera.
Ahí es donde empieza la mentira. Te dices a ti mismo: "Tengo que entrar ya para no perder la oportunidad" o "Mira cuánto dinero podría estar ganando".
Mentira.
Lo que sientes no es ambición, es EGO.
Te jode. Te jode profundamente ver que otros están ganando y tú no. Tu cerebro, que es muy primitivo para estas cosas, registra ese "no haber entrado" como una pérdida real. Sientes el mismo dolor físico que si te hubieran robado la cartera. Y para aliviar ese dolor, ¿qué haces? Entras tarde, mal y con demasiado apalancamiento.
No buscas rentabilidad, buscas venganza. Buscas que el mercado te valide y te diga: "Tranquilo, no eres tonto, tú también tenías razón". Y ahí es justo cuando el precio se gira y te destroza la cuenta.
La fuerza de voluntad no sirve para nada.
Esto es lo otro que veo todo el tiempo: gente prometiéndose que "mañana seré más disciplinado". Olvídalo. La fuerza de voluntad es como la batería del móvil; se gasta. Si confías en que vas a ser capaz de controlarte en medio del caos solo con tu "fuerza mental", ya has perdido antes de empezar.
Los traders que duran en esto no son monjes budistas con un control mental superior. Son ingenieros de su propio entorno.
Si sabes que vas a cagarla persiguiendo el precio, no confíes en tu autocontrol. Crea un sistema que te impida físicamente hacerlo. Ponte límites duros, usa listas de verificación como los pilotos, bloquea la plataforma si hace falta. Tienes que protegerte de ti mismo, porque tú eres tu peor enemigo.
El trading aburrido es el único que da dinero. Si sientes adrenalina, emoción o rabia, estás apostando, no operando.
Así que la próxima vez que sientas esa urgencia de operar porque "se te va el tren", recuerda: el mercado va a estar ahí mañana. Tu dinero, si sigues operando por ego, no.
Deja de jugar a ser el lobo de Wall Street y empieza a comportarte como un profesional.
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